En un corazón danzan, al son de una melodía imaginada, en una deliciosa fiesta duendes y hadas. Bailan en círculo alrededor de un fuego palpitante que luz y calor irradia. Y cantan a la vida que brota de las entrañas. Un niño que ríe y se siente en casa. Atrás quedaron duras pruebas, largos sueños y traumas. Es tiempo de celebración y es vehículo de dicha, este niño que da palmas y salta, aunque explicar el motivo de tanta alegría no pueda con palabras.
En unos ojos brillan destellos de plata, en una inocente y sabia mirada anciana. Observan el mundo húmedos de paz, que calma y…
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